EL NACIMIENTO DE LA
1 Libro Autor Michel Foucault
Editor Siglo XXI
SEGUNDA EDICIÓN 2012
LIBRO POR ENCARGO
UNA ARQUEOLOGÍA DE LA MIRADA MÉDICA
En una edición revisada y corregida, la editorial publica El nacimiento
de la clínica, un ensayo revelador acerca de la observación y los métodos de la
medicina y el quiebre que se produjo hacia fines del siglo XVIII cuando, en la
práctica clínica, la mirada médica se tornó criterio de verdad y racionalidad
Esta vigilancia empírica, surgida
con la Ilustración, se convirtió según señaló Foucault, en el nuevo principio
que rige la relación con el paciente y que se presenta como garantía de
exhaustividad y precisión
Hasta entonces, el
saber médico hablaba un lenguaje sin apoyo perceptivo y sus métodos y discurso
se relacionaban mucho con el mito, las creencias y la imaginación
El libro: EL NACIMIENTO DE LA CLÍNICA: aborda
además dos temas centrales en la conformación de la clínica como ciencia: la
reorganización del ámbito hospitalario y la adquisición, por parte del enfermo,
de un estatuto propio en la sociedad
Así, esta obra escrita en Francia en 1963, constituye un valioso esfuerzo
por dilucidar no sólo el surgimiento de la medicina como ciencia, sino también
el de una nueva experiencia de la enfermedad
Magnifica reflexión del controvertido e imprescindible tremendamente polémico
y que, -si- tenía ideas muy enraizadas, como la pedofilia al firmar una
petición al parlamento francés extremadamente fuerte, que en resumidas cuentas
sería como la despenalización de esta actividad a partir de cierta edad
Anoto una aseveración que presenta casi al final de sus días; a pregunta, y quien responde:
…más bien deseaba que sus libros: -fueran una especie de caja de herramientas
donde otros pueden rebuscar para encontrar una herramienta que puedan utilizar
como quieran en su propia área…,- y quien dijo más:-no escribo para un
auditorio, escribo para usuarios, no lectores-
¿Qué veía un médico, a mediados del siglo XVIII, cuando observaba
la presencia de la enfermedad en el
cuerpo del paciente?
Sin duda, sus métodos y su discurso aún le debían
mucho al mito, a las creencias y a la
imaginación
A fines de ese siglo, sin
embargo, la medicina experimentó un cambio radical: la fuente de la verdad
médica pasa a ser el ojo atento, la percepción cuidadosa que registra manchas,
irregularidades, durezas, color, adherencias
Esta vigilancia empírica, que
nace con la Ilustración, se convierte en el nuevo principio que rige la
relación con el paciente y que se presenta como garantía de exhaustividad y
precisión
El nacimiento de la clínica, publicada
en Francia en 1963, es un ensayo revelador acerca de la observación médica y
sus métodos durante un breve pero fecundo período en el cual, en la práctica
clínica, la mirada se tornó criterio de verdad y racionalidad
Hasta ese momento, el
saber médico hablaba un lenguaje sin apoyo perceptivo. "El nuevo espíritu
-explica Michel Foucault- no es otra cosa que una reorganización sintáctica de
la enfermedad, en la cual los límites de lo visible y de lo invisible siguen un
nuevo trazo”
La enfermedad y aun la muerte, antes
opacas, se ofrecen ahora a la claridad de la mirada
El libro: EL NACIMIENTO DE LA CLINICA; aborda además dos temas centrales en la conformación de la clínica
como ciencia: la reorganización del ámbito hospitalario y la adquisición, por
parte del enfermo, de un estatuto propio en la sociedad
Constituye así un valioso esfuerzo por dilucidar no sólo el
surgimiento de la medicina como ciencia, sino también el de una nueva
experiencia de la enfermedad
Puntualiza en la página 8: “Esta
reorganización formal y de profundidad, más que el abandono de las
teoría y de los viejos sistemas, es la que ha abierto la posibilidad de una experiencia clínica; ha retirado el
viejo entredicho aristotélico. Se podrá al fin hacer sobre el individuo un
discurso de estructura científica”
Señala el autor que: “La
medicina como ciencia clínica apareció bajo condiciones que definen, con su
posibilidad histórica, el dominio de su experiencia y la estructura de su
racionalidad” y añade: “Éstas forman su a priori concreto que es ahora posible
sacar a la luz, quizá porque está por nacer una nueva experiencia de la
enfermedad, que ofrece, sobre la que rechaza en el tiempo, la posibilidad de
una percepción histórica y crítica”, la posibilidad de una percepción histórica
y crítica
Pero aquí es necesario un rodeo para fundar este discurso
sobre el nacimiento de la clínica
Discurso extraño, por
supuesto, ya que no pretende apoyarse ni en la conciencia actual de los
clínicos, ni siquiera en la repetición de lo que en otro tiempo ellos pudieron
decir
Es muy probable que pertenezcamos a una época de crítica cuya
ausencia de una filosofía primera nos evoque a cada instante el reino de la
fatalidad: época de inteligencia que nos mantiene irremediablemente a distancia
de un lenguaje originario
Para Kant, la
posibilidad de una crítica y su necesidad estaban vinculadas, a través de
determinados contenidos científicos, al hecho de que hay un conocimiento
En nuestros días están vinculadas –y el Nietzsche filólogo es
testimonio de ello- al hecho de que hay un lenguaje y de que, en las palabras
sinnúmero pronunciadas por los hombres –sean ellas razonables o insensatas,
demostrativas o poéticas- ha tomado cuerpo un sentido que cae sobre nosotros,
conduce nuestra ceguera, pero espera en la oscuridad nuestra ceguera, pero
espera en la oscuridad nuestra toma de conciencia para salir a la luz y ponerse
a hablar
Estamos consagrados históricamente a la historia, a la construcción
paciente de discursos sobre discursos, a la tarea de oír lo que ya ha sido
dicho
¿Es fatal por lo mismo, que no conozcamos otro
uso de la palabra que el del comentario?
Este último, a
decir verdad, interroga al discurso sobre lo que éste dice y ha querido decir,
trata de hacer surgir ese doble fondo de la palabra, donde ella se encuentra en
una identidad consigo misma, que se supone más próxima a su verdad; se trata,
al enunciar lo que ha sido dicho, de volver a decir lo que jamás ha sido
pronunciado
En esta actividad de comentar que
trata de hacer pasar un discurso apretado, antiguo y como silenciosos para sí
mismo a otro más parlanchín, a la vez más arcaico y más contemporáneo, se
oculta una extraña actitud con respecto del lenguaje: comentar es admitir por
definición un exceso del significado sobre el significante, un resto
necesariamente no formulado del pensamiento que el lenguaje ha dejado en la
sombra, residuo que es su esencia misma, impelida fuera de su secreto, pero
comentar supone también que este no – hablado duerme en la palabra, y que, por
una superabundancia propia del significante, se puede al interrogarlo hacer
hablar a un contenido que no estaba explícitamente significado
Esta doble plétora al abrir la
posibilidad del comentario, nos entrega a una tarea infinita que nada puede limitar:
hay siempre significado que permanece y al cual es menester dar aún la palabra:
en cuanto al significante, se ofrece siempre en una riqueza que nos interroga a
pesar de nosotros mismos sobre lo que ésta “quiere decir”
Significante y significado toman,
así, una autonomía sustancial que asegura a cada uno de ellos aisladamente el
tesoro de una significación virtual: al límite, uno podría existir sin el otro
y ponerse a hablar de sí mismo: el comentario se aloja en este espacio supuesto
Pero, al mismo tiempo, inventa
entre ellos un vínculo complejo, toda una trama indecisa que pone en juego los
valores poéticos de la expresión: no se considera que el significante
“traduzca” sin ocultar, y sin dejar al significado en una inagotable reserva;
el significado no se descubre sino en el mundo visible y pesado de un
significante cargado, él mismo, de un sentido que no domina
Cuando el comentario se dirige a los textos, trata todo el lenguaje como una
conexión simbólica, es decir como una relación en parte natural, en parte
arbitraria, jamás adecuada, desequilibrada por cada lado, por el exceso de todo
lo que puede reunirse en un mismo elemento simbólico y por la proliferación de
todas las formas que pueden simbolizar un único tema
El comentario se apoya sobre este postulado de que la palabra es acto de
“traducción”, de que tiene el peligroso privilegio de las imágenes de mostrar
ocultando, y de que puede ser indefinidamente sustituida por ella misma, en la
serie abierta de las repeticiones discursivas; es decir, se apoya en una
interpretación psicológica del lenguaje que señala el estigma de su origen
histórico: la Exégesis, que escucha, a través de los entredichos, de los
símbolos, de las imágenes sensibles, a través de todo el aparato de la
Revelación, el Verbo de Dios, siempre secreto, siempre más allá de sí mismo.
Comentamos desde hace años el lenguaje de nuestra cultura en este punto
precisamente en el cual habíamos esperado en vano, durante siglos, la decisión
de la Palabra
Por definición, hablar sobre el pensamiento de otros, tratar
de decir lo que ellos han dicho, es hacer
un análisis del significado
Pero ¿es necesario que el significado sea siempre
tratado como un contenido?
¿Cómo un encadenamiento de temas presentes los unos
en los otros de un modo más o menos implícito?
¿No es posible hacer un
análisis estructural del significado, que escape a la fatalidad del comentario
dejando en su adecuación de origen significado y significante?
Será menester entonces tratar
los elementos semánticos, no como núcleos autónomos de significaciones
múltiples, sino como segmentos funcionales que forman gradualmente sistema
El sentido de una proposición no
se definiría por el tesoro de intenciones que ésta contuviera, descubriéndola y
reservándola a la vez, sino por la diferencia que la articula sobre los demás
enunciados reales y posibles que le son contemporáneos, o a los cuales se opone
en la serie lineal del tiempo
Entonces aparecería la
forma sistemática del significado
Hasta el presente, la
historia de las ideas no conocía sino dos métodos
El uno, estético,
era el de la analogía, de una analogía cuyas vías de difusión se seguían en el
tiempo (génesis, filaciones, parentescos, influencias), o en la superficie de
una región histórica determinada (el espíritu de una época, su Weltanschauung,
sus categorías fundamentales, la organización de su mundo sociocultural)
El otro, psicológico,
era el de la negación de los contenidos (tal siglo no fue tan racionalista, o
irracionalista como pretendía y como se ha creído), por el cual se inicia y se
desarrolla una especie de “psicoanálisis” de los pensamientos cuyo término es
de pleno derecho reversible, siendo el núcleo del núcleo siempre su contrario
Se desearía intentar aquí
un análisis estructural de un significado –el objeto de la experiencia médica-
en una época en la cual, antes de los grandes descubrimientos del siglo XIX,
éste ha modificado menos sus materiales que su forma sistemática
La clínica es a la vez un nuevo corte
del significado, y el principio de su articulación en un significante en el
cual tenemos la costumbre de reconocer, en una conciencia adormecida, el
lenguaje de una “ciencia positiva”
A quien quisiera hacer su inventario temático, la idea de clínica aparecería sin
duda cargada de valores demasiado turbios; probablemente se descifrarían en
ella figuras incoloras como el efecto singular de la medicina sobre el enfermo,
la diversidad de los temperamentos individuales, la probabilidad de la
evolución patológica, la necesidad de una percepción en acecho, inquieta por
las menores modalidades visibles, la forma empírica, acumulativa e
indefinidamente abierta del saber médico: tantas viejas nociones empleadas
desde hace mucho tiempo y que formaban ya, sin ninguna duda al bagaje de la
medicina griega. nada, en este arsenal cuya herrumbre lleva la huella de todos
los tiempos, puede designar claramente lo que ha pasado en el viraje del siglo
XVIII cuando al volverse a poner en juego el viejo tema clínico se “produjo”,
si hay que creer en las apariencias prematuras, una mutación esencial en el
saber médico
Pero, considerada
en su estructura formal, la clínica aparecía, para la experiencia del médico,
como un nuevo perfil de lo perceptible y de lo enunciable: nueva distribución
de los elementos discretos del espacio corporal (aislamiento, por ejemplo, del
tejido, región funcional en dos dimensiones, que se opone a la masa… página 14
ÍNDICE:
PREFACIO
Uno
ESPACIOS Y CLASES
Dos
Una conciencia política
Tres
EL CAMPO LIBRE
1.
Las estructuras de los hospitales
se ponen en tela de juicio
2.
El derecho de ejercicio y la
enseñanza médica
Cuatro
ANTIGÜEDAD DE LA CLÍNICA
CINCO
LA LECCIÓN DE LOS HOSPITALES
1.
Las medidas del 14 Primario año
III
2.
Reformas y discusiones durante
los años V y VI
3.
La intervención de cabanis y la
reorganización del año XI
SEIS
SIGNOS Y CASOS
1.
La alteración de los momentos hablados y de los momentos
percibidos en una observación
2.
La soberanía de la conciencia es
lo que el síntoma en signo
3.
El ser de enfermedades
enteramente enunciable en su verdad
SIETE
VER, SABER
1.
La alteración de los momentos hablados y de los
momentos percibidos en una observación
2.
El esfuerzo para definir una forma estatutaria de correlación
entre la mirada y el lenguaje
3.
El ideal de una descripción exhaustivo
OCHO
ABRID ALGUNOS CADÁVERES
NUEVE
LO INVISIBLE VISIBLE
1.
Principio de la comunicación de
los tejidos
2.
Principio de la impermeabilidad
de los tejidos
3.
Principio de la penetración en
barrena
4.
Principio de la especificación de
la forma de ataque de los tejidos
5.
Principio de la alteración de la
alteración
DIEZ
LAS CRISIS DE LAS FIEBRES
CONCLUSIÓN
BIBLIOGRAFÍA
I
NOSOLOGÍA
II
POLICÍA Y GEOGRAFÍA MÉDICAS
III
REFORMA DE LA PRÁCTICA Y DE LA ENSEÑANZA
IV
LOS MÉTODOS
V
ANATOMÍA PATOLÓGICA
VI
LAS FIEBRES
FICHA TÉCNICA:
1
Libro
272
Páginas
En
formato de 13.5 por 21 cm
Segunda
edición 2012
ISBN
978607033852
Autor
Michel Foucault
Editor
Siglo XXI
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POR EXISTENCIAS EN:
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electrónico:
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a sus órdenes
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Libro EL NACIMIENTO DE LA CLÍNICA
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WHATSAPP + 521 6671-9857-65
En el correo: alfonsomonarrez@gmail.com
Libro EL NACIMIENTO DE LA CLÍNICA
Libro EL NACIMIENTO DE LA CLÍNICA
ResponderEliminarUna arqueología de la mirada médica.
Autor: Foucault, Michel
¿Qué veía un médico, a mediados del siglo XVIII, cuando observaba la presencia de la enfermedad en el cuerpo del paciente?
Sin duda, sus métodos y su discurso aún le debían mucho al mito, a las creencias y a la imaginación. A fines de ese siglo, sin embargo, la medicina experimentó un cambio radical: la fuente de la verdad médica pasa a ser el ojo atento, la percepción cuidadosa que registra manchas, irregularidades, durezas, color, adherencias
Esta vigilancia empírica, que nace con la Ilustración, se convierte en el nuevo principio que rige la relación con el paciente y que se presenta como garantía de exhaustividad y precisión
El nacimiento de la clínica, publicada en Francia en 1963, es un ensayo revelador acerca de la observación médica y sus métodos durante un breve pero fecundo período en el cual, en la práctica clínica, la mirada se tornó criterio de verdad y racionalidad
Hasta ese momento, el saber médico hablaba un lenguaje sin apoyo perceptivo
"El nuevo espíritu -explica Michel Foucault- no es otra cosa que una reorganización sintáctica de la enfermedad, en la cual los límites de lo visible y de lo invisible siguen un nuevo trazo." La enfermedad y aun la muerte, antes opacas, se ofrecen ahora a la claridad de la mirada.
El libro: EL NACIMIENTO DE LA CLINICA; aborda además dos temas centrales en la conformación de la clínica como ciencia: la reorganización del ámbito hospitalario y la adquisición, por parte del enfermo, de un estatuto propio en la sociedad
Constituye así un valioso esfuerzo por dilucidar no sólo el surgimiento de la medicina como ciencia, sino también el de una nueva experiencia de la enfermedad
Libro EL NACIMIENTO DE LA CLÍNICA
Una arqueología de la mirada médica.
Autor: Foucault, Michel