martes, 1 de agosto de 2023

EL INFINITO JUEGO DE LA CIENCIA

 

EL INFINITO JUEGO DE LA CIENCIA

1 Libro Autor Edoardo Boncinelli

y Antonio Ereditato

Editor Fondo de  Cultura Económica

PRIMERA EDICIÓN

 

LIBRO POR ENCARGO

CÓMO EL PENSAMIENTO CIENTÍFICO

PUEDE CAMBIAR AL MUNDO

Edoardo Boncinelli y Antonio Ereditato, dos científicos italianos a la vanguardia de sus respectivos campos de investigación, nos dicen que la ciencia es belleza, creatividad, el placer de analizar y descubrir. Es investigar y comprender los misterios de la naturaleza, es el esfuerzo por evocar todo el universo en nuestra mente

Al final, la ciencia es un juego intelectual y material, agotador pero atractivo, en el que se procede por ensayo y error pero según reglas estrictas, en el que toda conclusión es siempre provisional y la carrera entre teorías y observaciones conduce a resultados sorprendentes

EN EL PREFACIO:

No podemos prescindir en absoluto de conocer, es decir, de entender, de explicar y quizá de prever y enseguida atesorar lo aprendido llevándolo a la práctica. Poseemos los instrumentos para hacerlo, nos gusta hacerlo y probablemente tampoco podríamos renunciar a hacerlo

La razón y la necesidad de ello deben buscarse en el objetivo, común a todos los demás seres vivos, de sobrevivir lo suficiente para dejar una descendencia consistente, aun cuando legítimamente la cuestión con el tiempo no se haya limitado a esa necesidad primaria. Haciendo eco de la enseñanza socrática, somos conscientes de no saberlo todo, pero también estamos convencidos de que algo podremos finalmente si trabajamos de manera inteligente en ello. Indagar e investigar, nunca satisfechos de sondear el mundo que nos rodea para tratar de comprender sus razones y sus mecanismos, para entender la estructura de las cosas que observamos e incluso la de aquellas que no podemos ver directamente

Intentamos hacer lo mismo con aquello que viaja por nuestra mente, fortalecidos con ese rio de sensaciones que se suceden más o menos veloces en nuestra cabeza y que llamamos conciencia

Excavamos en la profundidad de la materia, viajamos con la fantasía en el vacío del cosmos y en la inmensidad del tiempo y, curiosos, tocamos y enseguida violamos al límite sutil entre la naturaleza inanimada y la vida biológica

Es más fuerte que nosotros: el animal probablemente más curioso de la Tierra observa y estudia con atención su ambiente y, en esta acción suya, lo modifica inexorablemente

Y comportándose de estas manera, se cambia incluso a sí mismo, en un proceso circular implacable que se inició cuándo bajamos de los árboles y terminará sólo cuando no existamos. La fuerza del hombre radica precisamente aquí, un poder que se funda en una gran dote que le ha proporcionado la evolución. Una combinación de curiosidad, de habilidad para construir instrumentos, para evocar el universo hasta hacerlo bajar al interior de nuestra mente, para luego transformar, cambiar, crear –probablemente destruyendo hipótesis y convicciones y, en consecuencia, creando nuevas-

 Conocer y saber, gracias a la ciencia

Todos imaginamos en qué consiste este investigar, por lo menos teóricamente. Se observan los fenómenos que nos interesan, tratando de formarse una primera idea somera de cómo están las cosas. Cuando los conceptos iniciales toman forma y pueden ser verbalizados se formula una hipótesis, es decir, una propuesta lo más clara posible acerca de la naturaleza de los eventos que estamos observando. Tal propuesta será objeto a su vez de una profunda reflexión y de discusión entre la comunidad científica, hasta en tanto no asuma una apariencia tan aceptable que no contenga contradicciones internas y no contraste demasiado con todo aquello que se conozca en el momento. Llegados a ese punto, el marco explicativo propuesto toma en nombre de “teoría”. El hombre observador – investigador – científico ha inventado una infinidad de procedimientos y artificios dirigidos a alcanzar sus objetivos cognoscitivos y que conciernen tanto a la lógica como a las matemáticas

Sin embargo, mientras estas disciplinas pueden vivir y desarrollarse sin necesidad de algo más que no sea nuestra inteligencia, la edificación de las ciencias naturales, que tienen como propósito la comprensión de todo cuanto nos rodea, incluidos nosotros mismos, requiere aún algo más

En efecto, hasta el siglo XVII este procedimiento parecía suficiente incluso para las ciencias de la naturaleza, pero no necesariamente lo son. Para poder estar razonablemente seguros de su credibilidad, y por tanto de su confiabilidad, es necesario ponerlas a prueba, a la prueba de los hechos

De esta manera entra en escena la experimentación o, dicho de otro modo, esa secuencia de observaciones capaces de destruir una teoría incluso muy bella, o bien sólo capaces de cuestionarla o, en ocasiones, corroborarla y hacerla creíble. Se antojaría decir “confirmarla”, pero de sobra sabemos que a cualquier confirmación será necesariamente provisional, nunca definitiva, siempre verdadera hasta una futura prueba contraria

Las ciencias naturales de hoy son ciencias experimentales. No obstante, si una teoría no se confirma  o, incluso, ha demostrado estar equivocada, entonces se vuelve a empezar. Se modifica, se planean y se llevan a cabo otros experimentos y se llega a nuevas conclusiones, repitiendo el procedimiento hasta converger hacia una solución aceptable. Y de esta manera, casi hasta el infinito, por lo menos hipotéticamente. El juego de la ciencia, puesto que de un juego se trata, intelectual y material, es por ello potencialmente infinito y, por supuesto, infinitamente atractivo

En la escala de la existencia del Homo sapiens, hace muy poco tiempo que hemos definido las reglas del juego de la comprensión del mundo, un juego tan serio que a los espectadores les parece un trabajo. No así a los científicos

Las reglas son necesariamente estrictas, puesto que no se puede ganar haciendo trampas con los demás jugadores y con el árbitro: la naturaleza

La diversión, empero, está garantizada y el premio llega finalmente, si bien suele sobrevenir a costa de grandes sacrificios. Una nueva pieza revelada, un indicio, probablemente una prueba, el pretexto para una ronda más, hasta el final del partido

Jaque mate

Como en un juego de roles que se vuelve cada vez más serio y comprometedor a medida que se va desenvolviendo, un juego que cambia todo lo que nos rodea e incluso a nosotros mismos, pero no las reglas: estas no cambian desde hace cientos de años. El poder de esta partida es inmenso: transformar la realidad, el mundo, deseablemente para mejorar, para hacerlo cada vez más adecuado a nuestras exigencias, para conocerlo en toda su profundidad y modificarlo una y otra vez, incluso tal vez por el simple placer de hacerlo

A menudo este juego no es del todo desinteresado: tiene el propósito de obtener, en la medida de lo posible, resultados prácticos concretos, es decir, aplicaciones tangibles de todo aquello que hemos aprendido. Muchos miran con suficiencia el universo de las aplicaciones prácticas, como si la única cosa importante fuera entender y desvelar, pero se equivocan, en la práctica y también en la teoría. En la práctica es hasta demasiado obvio: nuestra vida actual es casi en su totalidad hija de las innumerables aplicaciones de la ciencia. Pero se trata de un error también en el plano teórico y cultural. En efecto, en última instancia es únicamente el complejo de las aplicaciones en función que descienden de una determinada teoría lo que representa la confirmación más creíble de ésta. Y es éste probablemente el aspecto más interesante del juego infinito de la ciencia: una aplicación tras otra, y, si nada sale mal, la teoría se vuelve poco a poco más digna de atención

Paulatinamente estas aplicaciones cambian nuestro modo de interactuar con él. Las aplicaciones científicas modifican el mundo, por poco o mucho que sea, pero es también el acto mismo de investigar lo que lo cambia, introduciendo en él novedades y transformaciones de todo tipo

Lamentablemente, la historia no acaba aquí

Se observan enormes  resistencias al modo de proceder de la ciencia y una mal disimulada desconfianza hacia sus métodos y conclusiones. Esto resulta verdaderamente una paradoja, porque nunca como ahora la investigación científica ha sido fuerte y confiable. En todo el mundo 

ÍNDICE:

Prefacio

Agradecimientos

1.

NO SOLO OBSERVAR

2.

EL HOMBRE SE APROPIA DEL MUNDO

3.

¿OBSERVAR O MODIFICAR?

4.

NOSOTROS Y LA CIENCIA QUE CAMBIA Y NOS CAMBIA

5.

EL FUTURO Y LO DESCONOCIDO

DENTRO Y FUERA DEL HOMBRE

DE LA FAMOSA COLECCIÓN BREVIARIOS

ENSAYO CIENTÍFICO

FICHA TÉCNICA:

1 Libro

190 Páginas

En formato de 11 por 17 por 1 cm

Pasta blanda en color plastificado

Primera edición 2022

ISBN 9786071677631

Autor Antonio Ereditato y

Edoardo Boncinelli

Editor Fondo de Cultura Económico

 

FAVOR DE PREGUNTAR

POR EXISTENCIAS EN:

Correo electrónico:

alfonsomonarrez@gmail.com

Celular:

6671-9857-65 

Gracias a Google por publicarnos

Quedamos a sus órdenes

= = = = = = = =

No hay comentarios:

Publicar un comentario